En Semana Santa, la República Dominicana se transforma. Mientras las iglesias se llenan de devotos y las calles se silencian en señal de recogimiento, las cocinas cobran vida con aromas dulces, sabores intensos y recetas tradicionales que han pasado de generación en generación.
Según la inteligencia artificial, la Semana Santa dominicana no solo es fe y tradición: también es una fiesta culinaria que refleja la historia, la cultura y el alma del pueblo.
La estrella indiscutible: las habichuelas con dulce
Hablar de Semana Santa en el país sin mencionar este postre es como hablar de Navidad sin pasteles. Las habichuelas con dulce son el plato por excelencia de la temporada: una mezcla de habichuelas rojas, leche de coco, leche evaporada, batata, pasas, canela y clavos dulces.
Se preparan en grandes cantidades para compartir con familiares, vecinos y amigos, como un gesto de fraternidad. Cada familia tiene su “toque secreto”, y en muchos hogares se considera un orgullo preparar “las mejores del barrio”.
Sin carne, pero con mucho sabor
Durante la Semana Santa, muchos dominicanos practican la abstinencia de carne roja, especialmente el Viernes Santo. Eso no impide que el menú sea sabroso y variado. Estos son algunos de los platos más comunes según la IA:
- Bacalao guisado con papas: salado, jugoso y lleno de sabor criollo. Se acompaña con arroz blanco, aguacate o víveres hervidos. Es uno de los platos más tradicionales del período.
- Pescado con coco: muy popular en zonas costeras como Samaná o María Trinidad Sánchez, donde el pescado fresco se cocina en una salsa espesa de leche de coco, con ajíes, cebolla y culantro.
- Torrejas de berenjena: rebanadas de berenjena empanizadas y fritas, a veces rellenas de queso, que sirven como sustituto perfecto de la carne.
- Pescado frito con tostones: clásico de las escapadas playeras, aunque en los últimos años algunas playas tienen restricciones para preservar el ambiente y garantizar la seguridad.
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Postres y acompañantes de la abuela
Además de las habichuelas con dulce, hay otros postres y platos que completan la mesa:
- Chacá (maíz caquiao): típico del sur del país, es un postre de maíz con leche, azúcar y especias. Su textura cremosa y su sabor nostálgico lo convierten en un favorito.
- Pan de batata y dulce de coco: también muy consumidos en esta época, especialmente en zonas rurales o en pueblos del interior.
¿Por qué comemos así en Semana Santa?
La tradición de evitar la carne roja en Semana Santa proviene del catolicismo. Pero con el tiempo, el dominicano ha transformado esa restricción en una oportunidad para mostrar creatividad culinaria. Lo que comenzó como una regla religiosa, se convirtió en un desfile de sabores y platos que unen a la familia y honran las raíces.
Un dato curioso, según la IA…
Las búsquedas en línea de “cómo preparar habichuelas con dulce” aumentan más de un 300% en los días previos a Semana Santa, y cada región del país tiene variaciones en su receta: algunas le ponen galleticas de leche, otras agregan malagueta, y hay quienes las sirven con bolitas de harina frita.
La Semana Santa dominicana no solo se vive en las iglesias. También se saborea en cada cucharada de habichuelas con dulce, en cada bocado de bacalao, en cada postre de maíz o coco. Según la IA, es una temporada donde la fe se mezcla con el sabor, y donde la cocina se convierte en un acto de devoción cultural.