El papa Francisco realizó su última aparición pública pocas horas antes de su fallecimiento, durante la tradicional bendición Urbi et Orbi en la Plaza de San Pedro, donde fue recibido por cerca de 40.000 personas.
El pontífice saludó a los fieles con un breve mensaje: “Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua”, y, visiblemente fatigado, cedió la lectura de su discurso al maestro de ceremonias, monseñor Diego Giovanni Ravelli. Su estado de salud ya generaba preocupación entre los presentes.
Durante la jornada también realizó un recorrido en el papamóvil, donde fue ovacionado por los asistentes. Este gesto fue interpretado como un esfuerzo del Papa por mantener su cercanía con los fieles, a pesar de su visible deterioro físico.
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En su mensaje, el pontífice lamentó el “desprecio” hacia los migrantes, reiterando su preocupación por la situación de las personas desplazadas en el mundo, una causa que defendió durante todo su papado.
Además, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, realizó una breve visita al papa Francisco en lo que fue uno de los últimos encuentros oficiales del líder religioso. La audiencia tuvo lugar en el Vaticano y fue descrita como cordial, aunque marcada por el evidente estado de debilidad del Papa.
Las imágenes de ese día captaron la última bendición pública del pontífice, su paseo final en el papamóvil, y su mensaje centrado en la solidaridad con los migrantes, elementos que cerraron una vida dedicada a la Iglesia católica, la justicia social y el diálogo humano.
El Mundo