Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta de Argentina, ha sido condenada este miércoles por negocios fraudulentos desde el Estado que implicaron el desvÃo de 1.000 millones de dólares.
"Condenamos a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarla autora penalmente responsable del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública", leyó el titular de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos.
La decisión ratifica la condena en primera instancia de 2022 y rechaza todas las apelaciones. Se considera probado que la lÃder peronista defraudó 1.000 millones de dólares, pero el tribunal desestimó la acusación de asociación ilÃcita, que implicaba una condena por doce años.
"Lisa y llanamente, proscripción de por vida", se quejó en las horas previas al fallo la ex presidenta. "Una vez más el peronismo y la proscripción. Nada nuevo bajo el sol", añadió.
"La verdad de la milanesa es que tienen miedo que yo tenga la suerte de (la actriz y presentadora) Mirtha Legrand que con sus 97 años, además de estar espléndida fÃsicamente, tiene una lucidez que ya algunas de treinta querrÃan. A veces desde el humor se pueden entender mucho mejor las cosas".
La mujer que gobernó Argentina entre 2007 y 2015 aseguró que "la persecución mediática-judicial tiene como objetivo principal castigar y dejar fuera del tablero polÃtico a los dirigentes que hacen y conducen gobiernos nacionales, democráticos y populares (y) disciplinar con miedo al resto de la dirigencia".
"Sepan que hagan lo que hagan, no van a hacerme callar", concluyó Kirchner, que no asistió a la lectura del fallo y se sumó a un acto partidario con mujeres en las afueras de Buenos Aires.
Horas antes del fallo, el presidente Javier Milei se refirió al momento que atraviesa la ex presidenta.
"Si ustedes tienen el cuerpo y un parásito, ¿qué van a matar el cuerpo o el parásito? Y si ustedes matan al parásito están mejor, no están peor. Bueno, lo que estamos haciendo nosotros. Por eso la señora, vieron el otro dÃa, estaba desesperada, me dijo de todo. Claro, estoy rompiendo el Estado que es de donde ellos se enriquecen. Por eso están tan nerviosos, la casta tiene miedo".
La condena a Fernández de Kirchner, leÃda por los jueces de la Cámara Federal de Casación Penal, fue emitida en directo por todas las señales televisivas de noticias.
Ni la condena a prisión ni la inhabilitación se harán efectivas, ya que la ex presidenta presentará un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia, En caso de ratificarse la condena, la dirigente peronista cumplirÃa prisión domiciliaria, beneficio para aquellos que tienen más de 70 años.
La condena se sostiene sobre una abrumadora cantidad de pruebas. Los jueces consideran probado que durante sus dos presidencias, Kirchner lideró un sistema que defraudó al Estado mediante el direccionamiento de contratos millonarios de obras viales en la provincia patagónica de Santa Cruz, que los Kirchner controlaron por tres décadas hasta 2023.
Las obras contratadas quedaban incompletas, tenÃan sobreprecio e incluso eran innecesarias, pero el Estado siempre pagaba.
Lázaro Báez, el hombre que pasó de simple cajero en el Banco de Santa Cruz a magnate de la construcción, recibÃa todos los contratos. Por distintas vÃas ese dinero llegaba luego a los Kirchner. Baez fue condenado a seis años de prisión, lo que se suma a otra condena de 12 años por lavado de dinero.
Para hacer el desvÃo de fondos, "de la noche a la mañana se convirtió en empresario de la construcción a Lázaro Báez, amigo del entonces presidente de la Nación y socio comercial de este y de su esposa", señaló en su momento el fiscal Diego Luciani.
Kirchner dijo en 2022 y repitió varias veces que la sentencia ya estaba "escrita" y que se la persigue desde una alianza entre el "poder real", la polÃtica y la justicia que resume en un vocablo: lawfare.
La viuda de Néstor Kirchner dijo en ese entonces que estaba ya no ante una sentencia judicial, sino ante un "pelotón de fusilamiento". La metáfora no era casual: el 1 de septiembre de 2022 un hombre puso una pistola sobre su rostro. Disparó y la bala no salió, pero la ex presidenta está convencida de que hay poderes que la quieren eliminar.
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