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miércoles, 4 de septiembre de 2024

Estas son las cosas que nunca debes de prestar

 Estas son las cosas que nunca debes de prestar

En nuestra vida cotidiana, es común compartir ciertos objetos con amigos o familiares, sin considerar los riesgos que esto conlleva. Sin embargo, algunos artículos personales deben ser estrictamente de uso individual debido a la posibilidad de transmitir bacterias, virus u otros agentes nocivos que pueden afectar nuestra salud. Desde la ropa interior hasta los auriculares, cada objeto tiene una razón de peso por la cual no debería ser prestado. Este artículo presenta los peligros de compartir ciertos artículos y cómo evitar problemas de salud derivados de esta práctica aparentemente inofensiva.

 Ropa interior

La ropa interior es uno de los artículos más íntimos que usamos diariamente, y aunque pueda parecer inofensivo, compartirla puede tener serias implicaciones para la salud. Las prendas que están en contacto directo con la piel y zonas íntimas pueden albergar bacterias, hongos y otros microorganismos que, aunque sean inofensivos para una persona, pueden causar infecciones en otra.

Por qué no prestarla

La ropa interior puede estar contaminada con bacterias y hongos que se transfieren fácilmente a través del contacto directo con la piel. Además, las secreciones corporales que se acumulan en estas prendas son un caldo de cultivo para microorganismos que pueden causar infecciones.

Consecuencias

Al compartir ropa interior, se corre el riesgo de contraer infecciones como la candidiasis, una infección por hongos muy común, o incluso infecciones bacterianas que pueden afectar la salud íntima. También es posible desarrollar irritaciones o alergias por el contacto con detergentes o suavizantes a los que no estás acostumbrado.

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Cepillo de dientes

El cepillo de dientes es una herramienta esencial para la higiene bucal, pero compartirlo puede tener consecuencias graves para la salud. Los cepillos están en contacto directo con la saliva, que puede contener una variedad de bacterias, algunas de las cuales pueden ser perjudiciales si se transmiten de una persona a otra.

Por qué no prestarlo

El cepillo de dientes acumula no solo restos de alimentos, sino también bacterias y virus presentes en la boca. Compartir un cepillo puede facilitar la transferencia de patógenos que pueden provocar enfermedades.

Consecuencias

Al compartir un cepillo de dientes, se incrementa el riesgo de contraer infecciones bucales, como la gingivitis, y enfermedades más serias como la hepatitis B o incluso infecciones virales como el herpes labial. También se pueden propagar caries de una persona a otra, lo que compromete la salud dental a largo plazo.

Maquillaje

El maquillaje es un elemento esencial en la rutina de muchas personas, y aunque puede parecer inofensivo compartirlo, hacerlo podría conllevar riesgos serios para la salud de la piel y los ojos. Los productos de maquillaje están en contacto directo con la piel y las membranas mucosas, lo que los convierte en posibles portadores de bacterias y virus.

Por qué no prestarlo

Los productos de maquillaje, especialmente los que se aplican cerca de los ojos y la boca, pueden convertirse en focos de infección si se comparten. Las bacterias y los virus pueden transferirse fácilmente a través de pinceles, esponjas y otros aplicadores.

Consecuencias

Compartir maquillaje puede llevar a infecciones cutáneas, como el acné o dermatitis, así como a infecciones oculares como la conjuntivitis. En casos más graves, el uso compartido de maquillaje contaminado puede propiciar el desarrollo de infecciones por estafilococos o herpes labial, afectando tanto la piel como la salud general.

Auriculares

Los auriculares son un accesorio personal que muchos de nosotros usamos a diario, pero pocas veces pensamos en los riesgos de salud que implica compartirlos. Los auriculares están en contacto directo con el canal auditivo, un área que puede albergar bacterias y hongos.

Por qué no prestarlos

El canal auditivo es una zona sensible y susceptible a infecciones. Al compartir auriculares, las bacterias y los hongos presentes en los oídos de una persona pueden transferirse fácilmente a otra, lo que aumenta el riesgo de desarrollar infecciones.

Consecuencias

Compartir auriculares puede provocar infecciones del oído, como la otitis externa (conocida como oído de nadador), que es una inflamación del conducto auditivo. Además, el intercambio frecuente de auriculares puede contribuir a la acumulación de cerumen, lo que puede afectar la audición y causar incomodidad.

Toallas

Las toallas son esenciales para la higiene diaria, pero compartirlas puede ser más riesgoso de lo que parece. Al estar en contacto con la piel húmeda, las toallas se convierten en un ambiente propicio para la proliferación de bacterias y hongos.

Por qué no prestarlas

Las toallas retienen humedad, células muertas y bacterias que pueden transferirse fácilmente a otra persona. Compartir una toalla es compartir también su carga bacteriana.

Consecuencias

El uso compartido de toallas puede llevar a infecciones cutáneas como hongos, como la tiña, o bacterianas como la foliculitis. Además, puede exacerbar condiciones existentes como el acné.

Cuchillas de afeitar

 

Las cuchillas de afeitar están en contacto directo con la piel y pueden causar microcortes, lo que las convierte en uno de los objetos más peligrosos para compartir. La posibilidad de transmitir enfermedades a través de ellas es alta.

Por qué no prestarlas

Las cuchillas pueden retener sangre, bacterias y otros microorganismos, lo que aumenta el riesgo de infecciones. Compartirlas puede propiciar la transmisión de infecciones virales y bacterianas.

Consecuencias

Usar una cuchilla de afeitar compartida puede llevar a infecciones como la hepatitis B o C, así como a infecciones bacterianas como el estafilococo. Además, aumenta el riesgo de cortes e irritaciones en la piel.

Botellas de agua

Las botellas de agua son un objeto personal que, al ser compartido, puede convertirse en un medio de transmisión de enfermedades, especialmente aquellas que se propagan a través de la saliva.

Por qué no prestarlas

Compartir una botella de agua es casi como compartir saliva. Esto facilita la transferencia de virus y bacterias que pueden causar enfermedades.

Consecuencias

Usar una botella de agua compartida puede propiciar la transmisión de enfermedades como el resfriado común, la gripe, o incluso infecciones más graves como el mononucleosis o el herpes labial.

Zapatos

Los zapatos, aunque no lo parezca, pueden ser un medio de transmisión de hongos y bacterias. El ambiente cálido y húmedo del interior de los zapatos es ideal para la proliferación de microorganismos.

Por qué no prestarlos

Los zapatos acumulan sudor y humedad, creando un ambiente perfecto para el crecimiento de hongos como el que causa el pie de atleta. Compartirlos aumenta el riesgo de contagio.

Consecuencias

Compartir zapatos puede resultar en infecciones fúngicas como el pie de atleta o el mal olor crónico en los pies. Además, puede provocar ampollas e irritaciones si los zapatos no se ajustan bien.

Pendientes

Los pendientes, especialmente los que se insertan en partes perforadas del cuerpo, están en contacto con áreas sensibles de la piel y pueden ser vehículos de transmisión de infecciones.

Por qué no prestarlos

Los pendientes pueden retener bacterias y otras sustancias que al ser compartidas podrían causar infecciones en la piel perforada. Además, el material del pendiente puede no ser adecuado para todas las personas, causando reacciones alérgicas.

Consecuencias

Compartir pendientes puede llevar a infecciones locales en la zona perforada, inflamación y reacciones alérgicas. En casos extremos, si la perforación no se trata adecuadamente, puede desarrollarse una infección más grave que requiera tratamiento médico.

Si lo prestas lo perderás

Hay ciertos objetos que parecen tener un don especial para desaparecer en cuanto los prestas. El cargador del móvil es el peor; lo prestas con buena intención y, antes de que te des cuenta, ha desaparecido en un agujero negro de pertenencias ajenas. Los libros son otro clásico: los prestas con la esperanza de compartir una buena historia, pero terminan decorando la estantería de alguien para siempre. Los bolígrafos y mecheros también tienen una habilidad mágica para cambiar de dueño sin previo aviso. Si amas estos objetos, mejor no los prestes.

Por ultimo, La mujer, Dinero, el carro, tu casa ni tus cuentas de banco. 


Por: Elvis Minaya