WASHINGTON.- El fenómeno de El Niño está de vuelta en el Pacífico, anunció este jueves el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), junto al aviso de que es muy probable que provoque fenómenos meteorológicos extremos, como intensas lluvias o ciclones tropicales.
El Nilo se da cada 2 a 7 años en promedio y su acción principal es el calentamiento de la superficie del océano Pacífico oriental ecuatorial. Se alterna con el patrón climático La Niña, que hace justo lo contrario: bajar ligeramente las temperaturas globales. Ahora, después de tres años de La Niña, El Niño ha vuelto.
Este fenómeno se forma cuando los vientos alisios que soplan de este a oeste a lo largo del Pacífico ecuatorial disminuyen su velocidad o se invierten al cambiar la presión atmosférica, aunque los científicos no saben exactamente qué es lo que desencadena el ciclo.
“Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en algunos lugares del mundo (…) Y también aumentar las temperaturas globales”, afirmó Michelle L’Heureux, climatóloga de la NOAA.
«Cuando El Niño desplaza esa agua cálida, lo hace hacia donde se producen las tormentas. Ese es el primer dominó atmosférico que cae», sostiene Tom DiLiberto, meteorólogo de la NOAA.
FENÓMENO FUERTE
Se espera que cuando El Niño alcance su punto álgido sea un fenómeno fuerte, aumentando las temperaturas de la superficie marina del Pacífico oriental al menos en 1,5 grados Celsius. Un repunte del que se esperan varias consecuencias: desde ciclones en las islas del Pacífico hasta fuertes lluvias en la costa sudamericana o sequías en Australia.
“El fenómeno de El Niño per se no provocará todos estos efectos, pero aumenta las probabilidades de que se produzcan», asegura el aviso.
La última vez que se produjo un fenómeno de El Niño, en 2016, el mundo vivió su año más caluroso jamás registrado. Y los augurios para esta nueva temporada no son buenos. En mayo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) predijo que el período 2023-2027 sería el más caluroso registrado en la Tierra, fruto de la combinación entre El Niño y la crisis climática global –en concreto por el efecto invernadero y su emisión de gases—