A la sociedad dominicana:
Durante mucho tiempo, error de comunicación estratégica, y por saberse propietario de la razón respecto a una serie de litis aperturadas en su contra por intereses infundados llevados a efectos por personas sin calidad para actuar, sin derechos protegibles o exigibles y en muchos casos sin la necesaria decencia, nuestro representando el diputado Gregorio Dominguez (PRM-Santiago) ha sido objeto de una constante de imputaciones difamatorias, manipulaciones tendenciadas de la realidad, conjeturas injuriosas y procesos falaces, insustanciados y de vaciedad probatoria.
Hemos sido testigos absortos de como se prestan personas y comunicadores a mentir y otros pocos a ponerse en sintonÃa y hacer causa común por causa del morbo que despierta el que un diputado oficialista sea el blanco de estos improperios injustos e injustificados.
En cada escenario jurÃdico las falacias han sido derrotadas, no por influjo de influencias o tratativas sino por la fuerza demoledora de la verdad y la razón.
Un nuevo maniqueÃsmo, el más degradante, el más abusivo e inhumano, el más bajo y nauseabundo que debió al menos motivar al cuestionamiento y pesar de las almas cristianas que como respuesta debieron manifestar su repulsa ante una acción tan eminentemente bochornosa y vergonzosa, la que se dio tras el triste deceso del señor Dennis Lee Starnes en Sosua, Puerto Plata, mismo que fue testigo a cargo en contra del diputado y cuyo testimonio fue descartado por imposible e improbable, este buen hombre murió por causas naturales, un hecho luctuoso que debió solo mover a la tristeza y luctuosidad propias del deceso de un hombre de familia, sin embargo, unos desalmados acuden a la especulación, a la desinformación, al oportunismo malicioso y falaz para sembrar la posibilidad de manos criminales en su deceso y para zarandear de forma mal sana el nombre de nuestro representado.
¿Qué persona honorable se vale del sufrimiento de una familia ante tan luctuoso evento para sacar beneficios interesados?, solo un desalmado, solo una un ser con deshonor y falta humanidad y cristiandad. Apena que no se respete a los muertos, que no se tengan lÃmites morales, y que se degrade tanto el proceder jurÃdico en una nación más falta de justicia que de pan.