“Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?” Como un centinela después de una larga noche de vigilancia, debemos estar pendientes de cada paso que demos en orden a obtener el favor de Dios. Pero aun así, no escapamos a las culpas que hunden en la profundidad de las aguas profundas del pecado. Entonces, reconociendo esto, hay que buscar la abundancia del amor y la misericordia de Dios, con la certeza de que Él libra de todos los pecados por más graves que parezcan.
Juan F. Puello Herrera