Consejos para un matrimonio feliz. Con el paso del tiempo, toda relación -por más apasionada que sea- comienza a dar señales de cansancio y rutina, a tal punto de ponerla en riesgo y comenzar a cuestionar cuán interminable era el amor.
Para mantener un matrimonio feliz no hay recetas mágicas: es un trabajo de todos los dÃas, en el que ambos integrantes de la pareja deben comprometerse para que la pasión, el amor y el compañerismo sean sus alicerces. Pero para lograrlo, presta atención a los consejos que están después del salto.
Enamórate las veces que sean necesarias: Cuanto más te encantes con tu pareja, más podrás sentir su proximidad. Y aunque la primera vez todo sucedió por acaso, no es impedimento para que te vuelvas a enamorar de manera consciente.
¿Recuerdas el principio de la relación? De vez en cuando, es bueno que listes los momentos especiales que vivieron a lo largo del tiempo, y todo lo que te gustarÃa lograr de ahora en más.
Expresa tus sentimientos: Demuestra todo lo que sientes, y estimula a tu pareja a que haga lo mismo. Si no es romántico por naturaleza no lo juzgues ni lo critiques, acepta su manera de ser pero invÃtalo a que se exprese de la forma que mejor le salga.
No tomes las decisiones sola: Recuerda que ustedes dos son un dúo, asà que en todo lo que concierna a la relación evita actuar de manera individual. No importa si se trata de pequeñas o grandes decisiones.
No te descuides: Cultivar el arreglo personal y separarte un tiempo para cuidar tu aspecto fÃsico es tan importante como cualquiera de los demás consejos. Haz ejercicios, cuida tu alimentación y vÃstete bella.
Planifica el sexo: El sexo espontáneo es fantástico, pero en una pareja consolidada suele ser cada vez menos frecuente. Esto no impide que puedan elegir los horarios para hacer el amor que más convengan a ambos, y que les resulte igualmente apasionado.
Preserva tu individualidad: Tomar decisiones conjuntas y cultivar los intereses comunes no debe confundirse con perder tu identidad. Tú necesitas también tener tu vida propia, salir con tus amigas y hacer las actividades que te gustan.
Ni te tomes el trabajo de intentar cambiarlo: En lugar de enfurecerte con esos defectos que no toleras y que sabes que jamás cambiará, ¿por qué no cambias tú la manera de afrontarlos? Será mucho más sencillo que querer transformar a tu pareja en el ideal que planeas, pero que sólo existe en tu cabeza.
Para mantener un matrimonio feliz no hay recetas mágicas: es un trabajo de todos los dÃas, en el que ambos integrantes de la pareja deben comprometerse para que la pasión, el amor y el compañerismo sean sus alicerces. Pero para lograrlo, presta atención a los consejos que están después del salto.
Enamórate las veces que sean necesarias: Cuanto más te encantes con tu pareja, más podrás sentir su proximidad. Y aunque la primera vez todo sucedió por acaso, no es impedimento para que te vuelvas a enamorar de manera consciente.
¿Recuerdas el principio de la relación? De vez en cuando, es bueno que listes los momentos especiales que vivieron a lo largo del tiempo, y todo lo que te gustarÃa lograr de ahora en más.
Expresa tus sentimientos: Demuestra todo lo que sientes, y estimula a tu pareja a que haga lo mismo. Si no es romántico por naturaleza no lo juzgues ni lo critiques, acepta su manera de ser pero invÃtalo a que se exprese de la forma que mejor le salga.
No tomes las decisiones sola: Recuerda que ustedes dos son un dúo, asà que en todo lo que concierna a la relación evita actuar de manera individual. No importa si se trata de pequeñas o grandes decisiones.
No te descuides: Cultivar el arreglo personal y separarte un tiempo para cuidar tu aspecto fÃsico es tan importante como cualquiera de los demás consejos. Haz ejercicios, cuida tu alimentación y vÃstete bella.
Planifica el sexo: El sexo espontáneo es fantástico, pero en una pareja consolidada suele ser cada vez menos frecuente. Esto no impide que puedan elegir los horarios para hacer el amor que más convengan a ambos, y que les resulte igualmente apasionado.
Preserva tu individualidad: Tomar decisiones conjuntas y cultivar los intereses comunes no debe confundirse con perder tu identidad. Tú necesitas también tener tu vida propia, salir con tus amigas y hacer las actividades que te gustan.
Ni te tomes el trabajo de intentar cambiarlo: En lugar de enfurecerte con esos defectos que no toleras y que sabes que jamás cambiará, ¿por qué no cambias tú la manera de afrontarlos? Será mucho más sencillo que querer transformar a tu pareja en el ideal que planeas, pero que sólo existe en tu cabeza.